ADVERTENCIA: ESTA RESEÑA CONTIENE SPOILERS
Spider-Man: Sin Camino a Casa finalmente llegó a las salas de cine después de meses de anticipación y muchas especulaciones. En esta nueva entrega vemos a Peter Parker (Tom Holland) lidiando con las consecuencias después de que su identidad secreta fuera expuesta ante el mundo tras los sucesos de Lejos de Casa. Será ahí cuando el héroe arácnido busque la ayuda de Doctor Strange (Benedict Cumberbatch) para realizar un hechizo que haga a todos olvidar la identidad de Spider-Man.
Decir que estaba emocionado por esta cinta sería quedarme corto, ya que desde niño he sido un gran fanático del personaje. Aún mantengo recuerdos de haber visto cada una de las entregas de la trilogía de Sam Raimi en sus fechas de estreno, incluso nunca olvidaré el momento exacto en el cual di cuenta que El Hombre Araña 2 llegaría a los cines.
No recuerdo exactamente qué película fui a ver aquel día, pero la emoción que sentí al recorrer los pasillos de Cinepolis y encontrar en exhibición el poster con el Doc Ock reflejado en los ojos del traje de Spidey es una que nunca voy a superar. Fue un momento de mucha alegría para el yo de 8 años el saber que vería una vez más a mi superhéroe favorito en pantalla.
Después de varios años después continuamos siendo testigos de más entregas y diferentes encarnaciones de dicho personaje, algunas mejores que otras. Sin embargo, incluso en las peores, aún considero que cuentan por lo menos con una pizca de la esencia del personaje arácnido, héroe tan querido por millones de personas en todo el mundo.
Y lo vuelvo a decir: Spidey es un personaje muy importante para mí, es uno que estuvo enormemente involucrado en mi entretenimiento y desarrollo como persona mientras crecía. Un personaje que seguí desde la caricatura de los noventa hasta las más recientes entregas dirigidas por Jon Watts pertenecientes al Universo Cinematográfico de Marvel.
Y la verdad es que las declaraciones del equipo creativo, los protagonistas e incluso el material promocional de la cinta, nos vendieron a Sin Camino a Casa como una película que funcionaría como celebración de todo el contenido de Spidey, ya sea comics, series animadas o películas. Justo por esa razón (y una gran cantidad de rumores) era que este filme estaba rodeado de una gran expectativa, una tan grande que parecía imposible llegar a cumplirlas. Estando aquí, días después del estreno y habiéndola visto dos veces, puedo decir que la respuesta a dicho nerviosismo es un “Si”. Spider-Man: Sin Camino a Casa no es solo una gran película del personaje, sino una cinta que lo entiende y brinda respeto a toda su mitología.
No suelo hacer mis reseñas con spoilers al menos que la película realmente lo requiera, pero considerando que han pasado ya varios días desde que Sin Camino a Casa llegó a la gran pantalla y que verdaderamente hay muchas, muchas cosas sucediendo durante toda la cinta: tomé la decisión de adentrarme a profundidad en todo lo que vimos durante la proyección de la película. Habiendo dicho esto, esta es la última advertencia: Spoilers a partir de este momento.
Estoy seguro de que el tema del que más se espera que hable es sobre el regreso de cierto par de personajes, sin embargo, de eso lo haré más adelante. Antes que nada me gustaría poder destacar ciertos aspectos de la cinta, como por ejemplo: la dirección.
El trabajo de Jon Watts en la silla de director con sus respectivos filmes me pareció bastante bueno, no diría que es un resultado espectacular como el que hizo Sam Raimi con su trilogía (o por lo menos dos de tres), pero De Regreso a Casa y Lejos de Casa son cintas que disfruté mucho en su momento y que aún lo sigo haciendo, las he repetido varias veces desde su estreno y realmente me gustan. Aunque hay un punto que siempre sentí que estaba ausente en estas últimas entregas: teníamos una excelente interpretación de Peter Parker, no obstante le faltaba un empujón para ser una gran representación de Spider-Man, los cuales a pesar de ser el mismo personaje, son muy diferentes entre sí.
Tanto De Regreso a Casa y Lejos de Casa nos muestran a Peter luchando contra las dificultades de nivelar su vida normal y cumplir con las responsabilidades de sus poderes, vemos un Peter nervioso tratando de acercarse a sus intereses amorosos así como inteligente fanático de la ciencia y las matemáticas. Estos son aspecto que hacen a Peter Parker un personaje entrañable y uno con el que podemos identificar, es una persona normal con problemas reales. Creo yo que las preocupaciones que invaden a Peter son las mismas con las que muchos de nosotros cargaríamos si desarrolláramos la habilidad de luchar contra el crimen con poderes de araña en nuestra época de preparatoria, pero el representar de esta manera a Spider-Man como héroe es otra historia.
Si, Spidey cuenta con el carisma y nerviosismo de Peter en muchas ocasiones, pero también es un personaje que siempre se encuentra al borde de tener todo lo que desea y ser realmente feliz, pero nunca lo alcanza. Esa es justo mi ligera queja con las películas de Spider-Man de Jon Watts, no nos muestran ese lado de Spidey y el conflicto de tener que sacrificar su propia felicidad en muchas ocasiones por un bien mayor. Punto que finalmente vimos en Sin Camino a Casa.
Peter se encuentra en riesgo de perderlo todo durante la película completa, y me encanta la idea de que suceda momentos antes de que aparezcan los créditos finales. Abandona todo para poder honorar la frase icónica de “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, razón por la que ame el final de Sin Camino a Casa. Realmente siento que esta trilogía fue la construcción de Peter Parker para convertirse verdaderamente en todo lo que representa ser Spider-Man y volverse el superhéroe que conocemos y amamos.
Una vez Stan Lee dijo que “Peter no usa una máscara para causarle miedo a sus oponentes, más bien para ocultar su propio miedo ante los villanos”, siendo ese el motivo más humano que puede haber para convertirse en héroe, o al menos eso desde mi perspectiva.
Claro que nada de esto fuera posible sin la excelente actuación de Tom Holland como el personaje, en especial durante esta película. Realmente nos entrega un trabajo sumamente realista, sin duda es la mejor labor que el actor ha brindado en pantalla, y no hablo solo como el personaje trepa muros, sino en general. Sin duda es la mejor actuación que he visto por parte de Tom Holland en cualquiera de sus películas.
Son pocas las veces que hemos visto sufrir realmente a la representación de Holland como Spidey, y como dije anteriormente: Peter pierde todo en Sin Camino a Casa y el actor triunfa en compartirnos las emociones y desesperación que siente Parker durante gran parte del metraje. La escena final donde Peter decide no hablar con MJ ni Ned es la viva imagen de lo que significa ser Spider-Man, proteger a los tuyos a pesar de que eso significa alejarse de ellos. Además, este es un claro ejemplo de lo que puede hacer una gran actuación: dar a entender lo que el personaje está sintiendo sin necesidad de diálogos que lo digan.
Hablando de MJ… debo decir que Zendaya ha crecido muchísimo como actriz desde De Regreso a Casa, el cual fue el primer papel donde la miré actuar. Desde entonces ha estado en producciones como la serie de Euphoria, Malcom y Marie, El Gran Showman y Duna. Trabajos con los que ha conseguido expandir sus habilidades al nivel de entregarnos una actuación mucho más real y emocional de lo que fue su primera aparición dentro de la franquicia en 2017.
Pero sin duda el aspecto que más me tenía preocupado era la participación de tantos villanos en la cinta, pero no solo simples villanos, sino los actores retomando sus antiguos papeles de películas anteriores del arácnido. Mi preocupación estaba muy presente por no saber realmente como serian manejados, si es que el guion iba a poder balancear a todos correctamente para que no fueran simplemente aportaciones de una escena para emocionar a los fanáticos. Afortunadamente no fue así.
Aunque hay algunos que predominan del resto, la verdad es que estos villanos están presentes durante una porción considerable del filme y sus aportaciones corresponden a lo que la historia nos está contando, y mejor aún: cada uno tiene una razón para estar presente dentro de la trama.
Hasta la fecha Alfred Molina como Otto Octavius sigue siendo mi villano favorito en toda la filmografía del personaje, así como El Hombre Araña 2 sigue siendo mi cinta preferida de Spidey. Motivos por los cuales me hizo muy feliz ver que se mantuviera no solo la esencia del personaje de Octavius, sino el desarrollo que se le dio durante su aparición en 2004. No fue solamente la escena del puente como los trailers nos hicieron creer, verdaderamente cada villano tiene un peso en la historia, ya sea pequeño o uno más grande.
Así como El Hombre Araña 2 se mantiene como mi película favorita de Spidey, El Sorprendente Hombre Araña 2 continúa manteniendo el puesto de mi cinta menos preferida del personaje. Realmente no me gusta esa película y el desarrollo de Electro es una de las principales razones por la que la percibo de esa manera. Justo por esa razón me sorprendió bastante ver el manejo que recibió Electro en Sin Camino a Casa junto con la actuación de Jaime Foxx durante la cinta.
Básicamente, fue su segunda oportunidad para encarnar al villano sin que pareciera antagonista de una caricatura. Desde el diseño hasta la manera de comportarse es una mejoría en cuanto al Electro del filme de Marc Webb. Incluso los chistes que se le dieron estuvieron muy bien acertados, en verdad sentí simpatía por el personaje, simpatía que El Sorprendente Hombre Araña 2 básicamente te rogaba que sintieras, cosa que realmente no fue así hasta este filme.
Pero si tuviéramos que definir un villano principal fácilmente sería Willem Dafoe regresando como Norman Osborne/Duende Verde. Decir que Dafoe entrega una brillante actuación no sería novedad, en mi opinión es un actor increíble que no ha tenido el reconocimiento que se merece. Su labor en Sin Camino a Casa es brillante, verdaderamente representó un desafío para Peter y fue quien ocasionó un momento clave en el desarrollo del personaje de Spider-Man: el fallecimiento de su figura paterna, o en este caso: materna.
La muerte de la tía May a consecuencia de las acciones del Duende Verde fue una que me tomó por sorpresa, la verdad no creí que Jon Watts mostrara como Peter pierde a alguien tan importante después del tío Ben. Aunque después me di cuenta de que tiene mucho sentido, ya que nunca vimos al tío Ben en esta serie de películas. Ese es justo un momento clave para la evolución de Peter Parker en Spider-Man, y sinceramente no se me ocurre una mejor manera de haberlo hecho que con Dafoe repitiendo su papel y brindarnos una actuación increíble después de tantos años de haber colgado la máscara del Duende ante la culminación de las películas de Sam Raimi.
El Hombre de Arena y Lagarto cuentan con participaciones mucho más pequeñas a comparación del resto de los villanos, pero a pesar de ello no se sienten como simple alusión a las cintas anteriores solo por tener más personajes por los cuales emocionarnos. Tienen momentos satisfactorios como cuando finalmente les vemos los rostros y la nostalgia presente es inevitable.
Porque ese es otro elemento que pudo haber salido muy mal, que hubiera sido una película repleta de fan service únicamente por tenerlo. Tengo una relación extraña con el fan service, como fanático lo aprecio siempre y cuando esté justificado y que la película no sienta que debe disponer de él para ser buena o para que el público pague por verla. Ha habido docenas de cintas que abusan de ello, sin embargo, cuando un director entiende que puede ser una herramienta para recordar el pasado siempre y cuando no este opacando el presente, es fan service bien realizado.
Un buen ejemplo podrían ser las entregas de la última trilogía de Star Wars. En mi opinión El Despertar de la Fuerza tuvo un balance excelente entre mostrar aspectos nostálgicos de la franquicia y presentarnos nuevos personajes e historias que nos hicieran interesarnos por lo nuevo por venir pero sin dejar de disfrutar lo viejo. En cambio, El Ascenso de Skywalker hace lo contrario, se concentró demasiado en el factor nostalgia y termina opacando a la historia presentada dos películas anteriores, esto al punto de terminar siendo el único propósito de la cinta: depender de la nostalgia durante todo el filme.
Afortunadamente, Sin Camino a Casa es más parecida a El Despertar de la Fuerza que a El Ascenso de Skywalker. Si, la cinta contiene demasiadas referencias y guiños a toda la mitología de Spider-Man, pero el filme no depende solamente de eso, cuenta con un desarrollo de sus protagonistas y una trama interesante. Además, tuvimos dos películas anteriores para encariñarnos con estos personajes y con su historia. Ya habiendo introducido todos estos elementos, no tengo ningún problema con un festín de fan service, puesto que ya estoy adentrado en lo nuevo y puedo dejarme llevar ante la nostalgia de ver todos estos elementos de películas anteriores una vez más en pantalla.
Pero sin duda la mayor representación de fan service dentro de la película es la inclusión de Tobey Maguire y Andrew Garfield repitiendo sus propias versiones de Spider-Man de sus respectivas franquicias cinematográficas. Aspecto que nunca creí ver en pantalla, siendo sincero, todavía lo considero demasiado bueno para ser verdad.
Cuando el portal se abrió y pude notar la figura de los ojos del traje de Andrew, mi emoción fue enorme, realmente estaba siendo testigo de ver las tres representaciones de mi héroe favorito juntas en pantalla, porque si estaba Andrew, claramente iba a estar Tobey presente también. No es secreto que las dos entregas de El Sorprendente Hombre Araña no fueron de mi agrado, las pondría como mis menos preferidas de toda la saga arácnida, no obstante si algo puedo decir es que Andrew Garfield entrega todo su corazón al interpretar al personaje.
Siendo sincero, creo que Andrew Garfield tuvo los mejores diálogos y varios de mis momentos favoritos de toda la película, incluso disfruté mucho más su aparición en Sin Camino a Casa que en sus propias películas. En numerosas ocasiones Garfield mencionó lo importante que era el personaje para él y el honor que fue poderlo interpretar por el tiempo que estuvo debajo de la máscara. Razón por la que su emoción y felicidad de volver a portar el traje es visible en pantalla, claramente puede verse que está pasando uno de los mejores momentos de su vida al compartir pantalla con Holland y Maguire.
Pero cuando realmente perdí la cabeza fue en el momento que Tobey apareció en pantalla. Verlo interpretar a Peter Parker después de 14 años fue como conectar con el Dionisio de 6 años en la sala de cine viendo El Hombre Araña por primera vez y enamorándose del personaje, no es mentira que sentí los ojos llorosos por más de un instante.
Considero que fue una buena idea el no rejuvenecer a Tobey para hacerlo parecer recién salido de sus películas, está interpretando una versión actual y adulta de su personaje. Hubiera sido un error cambiar eso tanto por la nostalgia y por lo que esto hace por la historia presentada en la cinta.
Uno de mis momentos favoritos de la cinta es la escena cuando el Peter de Tom Holland conoce en el techo a las versiones de Garfield y Maguire. Es una secuencia llena de emociones y creo que uno de los mejores momentos en cualquier película del arácnido. Esto no tanto por ser la primera vez que vemos a los tres Spidey juntos, sino porque es un momento que entiende a la perfección al personaje de Spider-Man.
Ver a Andrew y Tobey brindarle apoyo emocional a Holland fue escritura perfecta de guion para una película de este personaje, es una conversación de lo que realmente significa ser Spider-Man, un diálogo sobre el dolor y la responsabilidad que van de la mano junto con el traje. Andrew hablando de como perdió a Gwen y Tobey explicándole el fallecimiento del tío Ben mientras Holland asimila la perdida de May fue el impulso que tanto necesitaba el Spidey de Tom para convertirse en el héroe que Spider-Man es. La mitología del personaje está lleno de arrepentimiento y redención, así como también esta escena.
Otro aspecto que verdaderamente aprecié fue que pudimos conocer un poco de lo que fue con las versiones de Andrew y Tobey después de la culminación de sus series fílmicas. No tanto como con que otros villanos lucharon o que sucedió con demás personajes vinculados a ellos, pero si lo suficiente como para cerrar las historias que dejaron presentes en sus respectivas películas.
Escuchamos a Tobey mencionar sus sentimientos ante la muerte de Harry en sus brazos así como su actual relación con su MJ. Al ser testigos de estos diálogos nos damos cuenta de que verdaderamente es el Spidey de Tobey quien toma el papel de mentor de Tom, es quien apoya emocionalmente a los tres y nos llena de sentimiento a nosotros como fanáticos de verlo en pantalla como el personaje por primera vez desde 2007.
En cambio, con Andrew escuchamos como fue que enfrentó la perdida de Gwen. Menciona que se llenó de ira, realmente se volvió un Spider-Man más oscuro. Razón por la que resulta muy complaciente al momento de darle clausura a la culpa que siente por la muerte de Gwen al lograr salvar a MJ después de que Tom no pudiera sujetarla al caer del edificio. Son esos pequeños momentos que hacen a Sin Camino a Casa una película que entiende a sus personajes y sabe que es lo que quieren ver los fanáticos. Pero sobre todo hacerlo de una manera que no evite brindar nada nuevo y sea solamente lo que queremos ver y nada más, lo cual hubiera sido muy decepcionante.
Intercambios de diálogos como cuando mencionan el hecho de que las telarañas de Tobey sean orgánicas, o el discurso motivacional de Tobey hacia Andrew, incluso Andrew diciendo que siempre quiso hermanos refiriéndose a Tom y Tobey son ligeros detalles que no tienen que estar necesariamente en la cinta, pero que su inclusión sin duda hacen felices a los fanáticos de estos personajes, y yo siendo uno de ellos, no podría estar más contento con el resultado.
Spider-Man: Sin Camino a Casa puede verse de varias maneras y seguir siendo una buena película. Como cinta separada de su género es una película que desarrolla bien a sus personajes y le da una clausura a una trilogía bastante entretenida. Como filme de superhéroes es una entrega con secuencias de acción muy bien logradas y un fan service ejecutado de la manera correcta.
Pero como película de Spider-Man, simplemente me encantó. Es una cinta que entiende muy bien al personaje y sabe que lo hace ser uno de los personajes más emblemáticos de la cultura popular. Es una producción en la que puede verse el cariño de todos los involucrados tanto detrás y frente a la cámara. Tal vez no llegue al nivel de El Hombre Araña 2 o incluso Spider-Man: Un Nuevo Universo, sin embargo, se mantiene al nivel de ellas. Y sí, sigue siendo una película de superhéroes comercial para las masas, pero siendo ese su propósito, y un producto dirigido para los fanáticos del personaje, Spider-Man: Sin Camino a Casa es una cinta que promete ser una carta de amor al personaje arácnido y lo cumple.
Spider-Man: Sin Camino a Casa es una película de cuatro estrellas y media de cinco.