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  • Foto del escritorDionisio Saldaña

Scream (2022)

Después de once años de ausencia en la pantalla grande, Ghostface está de regreso con Scream (2022),o en otras palabras: Scream 5. Esto al ser una secuela directa de las cuatro entregas anteriores, pero, ¿Está al nivel del legado del resto de la franquicia?

Esta nueva entrega es la primera que no cuenta con Wes Craven como director, quien tristemente falleció hace unos años. A pesar de ello, la herencia de Craven sigue activa al contar con el reparto original conformado por Neve Campbell, Courteney Cox y David Arquette repitiendo sus papeles una vez más. Tercia quien ha estado presente en cada una de las entregas hasta el momento.


Además del trío clásico, también volvemos a ver a Marley Shelton después de su incorporación en Scream 4. Así como a Roger L. Jackson, la voz de Ghostface en cada película. Individuos quienes acompañan a nuevos rostros protagónicos integrados por Melissa Barrera, Jenna Ortega, Jack Quaid, Dylan Minnette, Jasmin Savoy Brown, Mason Gooding, entre varios sospechosos más.


Scream 5, la cual será llamada de esa manera en esta reseña para evitar confusiones con la entrega original, es dirigida por el dúo de Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett. La trama nos trae de regreso al asesino enmascarado, Ghostface, asechando Woodsboro nuevamente, especialmente a Samantha (Melissa Barrera) y Tara Carpenter (Jenna Ortega). Hermanas quienes parecen tener cierto vínculo con los sucesos ocurridos en la cinta de 1996.


En octubre 2020 tuve un pequeño especial de Halloween donde platicaba de varias películas de terror que significan algo para mí. El primer filme del que hablé fue Scream, puesto que no solo es mi cinta de terror favorita, sino que también es una de los filmes que me han formado. El largometraje que me introdujo al terror y una de mis cintas favoritas de todos los tiempos, por lo cual le tengo un amor enorme.

Wes Craven hizo que me enamorara del género de terror. La franquicia de Scream me introdujo a los slasher y por ello siempre será mi preferida. Misma razón por la cual me encontraba emocionado, pero al mismo tiempo escéptico, pero también nervioso e intrigado ante la realización de una Scream 5 sin Wes Craven. Realmente sentía un enorme choque de emociones conmigo mismo. Por una parte, estaba ansioso de volver a ver a Ghostface en la gran pantalla después de más de una década. Pero, por otro lado, el único ejemplo de cómo la franquicia puede ser manejada sin las manos de Craven involucradas era la serie de MTV/VH1 del mismo nombre, la cual no disfruté en lo absoluto.


Mi ligero toque de esperanza recaía en que Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett habían realizado Boda Sangrienta, la cual fue una de las películas que más me entretuvieron del 2019. Después de años de espera, el pasado jueves entre a la sala de cine con una mente abierta porque no quería emocionarme demasiado, tenía miedo de estar cometiendo el error de elevar demasiado mis expectativas al grado de que nada de lo que viera fuera a satisfacerme.


Y no voy a mentir, considerando que Scream 5 se trataba de una nueva entrega dentro de mi franquicia de terror favorita, y que alguien más estaba tomándose la tarea de adentrar a nuevas audiencias hacia ella, iba a ponerme bastante meticuloso con lo que llegaría a ver en pantalla.


Habiendo dicho todo esto, puedo confesar que salí bastante contento de la función. Scream 5 no es perfecta, no es un clásico inmediato como lo fue la original en 1996. Pero si es una continuación digna que respeta y trata con honor todo el trabajo previo de Wes Craven y todo lo que representa Scream como franquicia.

Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett verdaderamente hacen un gran trabajo detrás de las cámaras. En ningún momento sentí que este dúo tratara de cambiar el estilo o la vibra de lo que es la franquicia. Al contrario, hubo momentos donde percibí toda la esencia de Wes Craven. Porque algo de lo que me di cuenta después de haber visto la película, es que siempre que el reparto o el equipo de producción hablaba de la cinta se hacía hincapié en el trabajo de Wes y de lo que eso significa para ellos. Dichas publicaciones o comentarios venían acompañados de un #ForWes.


Ese factor podría prestarse fácilmente en solamente fines publicitarios para atraer a los fanáticos veteranos de la franquicia, pero en esta ocasión no creo que fuese de esa manera. Como vengo diciendo, Scream 5 se siente como un proyecto de Wes Craven. Puede notarse que tanto los directores y el resto de la producción tienen un gran cariño por la franquicia y están entusiasmados por ser parte de este mundo. En ningún momento tratan de separarse de ella o de cometer el error de hacer cualquier filme y solo utilizar el nombre establecido de la franquicia para venderla. Realmente están tratando de honrar el legado de esta serie de películas.


Algo que siempre aprecié de la saga de Scream a diferencia de otras franquicias como Halloween, Pesadilla en la Calle Elm, viernes 13, Chucky, Masacre en Texas, Saw, entre otras, donde todo gira alrededor del asesino, Scream mantiene el tema central de todas sus cintas en su protagonista: Sidney Prescott (Neve Campbell). Por lo que el interés por ver una y otra vez las cintas es por sus personajes humanos y no tanto por sus asesinos.

Y a pesar de que Sidney está presente en Scream 5 y cuenta con un papel significativo, no es con ella donde recae el peso de protagonista. En esta ocasión Melissa Barrera es quien toma ese rol. Pero al igual que con Sidney en las cuatro entregas anteriores, Ghostface es solo el acompañamiento. Es con el personaje de Melissa con quienes encontramos el interés por seguir viendo la película y por conocer cuál será el resultado de los acontecimientos.


Siendo la primera entrega con no contar con Sidney Prescott en el papel protagónico, Melissa hace un excelente trabajo con su actuación. En ningún instante se siente falsa o sobreactuada. No entraré en territorio de spoilers, pero su personaje se encuentra directamente conectado con el legado de la franquicia. Razón por la que debo confesar que inicialmente no estaba muy seguro de la manera en que lo estaban manejando, no creí que funcionaria de seguir así. La manera en como su personaje estaba enfrentando e interactuando con su pasado. Afortunadamente, ese factor no está muy presente salvo un par de momentos durante el primer acto. De haber sido de otra manera, considero que podría haberme resultado un tanto molesto.


En general todo el reparto hace un gran trabajo. Me sorprendió mucho notar que me encontraba más intrigado con lo que sucedía con los nuevos personajes que con los personajes del legado. Si me hubiera gustado ver más de Sidney y Gale (Courteney Cox), ya que su participación se vuelve relevante hasta una vez adentrados casi en el tercer acto. Aunque de cierta manera lo veía venir, puesto que la confirmación de que estarían involucradas en el filme llegó hasta después de haber iniciado rodaje ya con el guion terminado. Pero a pesar de ello, de verdad me hizo feliz verlas de regreso y ser testigo de la manera en que fueron manejadas.


La historia es otra cuando hablamos de David Arquette como Dewey, quien incluso podría catalogarlo como un personaje coprotagonista. A diferencia de sus compañeras en pantalla de las cintas anteriores, Dewey tiene un papel más presente desde el inicio como el mentor de los personajes introducidos en este filme, lo cual me pareció sumamente interesante ver como se desenvolvía con ellos. Además, le tocaba brillar a Dewey en esta ocasión gracias a la magnífica actuación que este actor nos regala.

Algo por lo cual es famosa la franquicia de Scream es porque en cada entrega hay alguien diferente detrás de la máscara de Ghostface y lo divertido está en presenciar quien es. Esta entrega basó gran parte de su promoción sobre ello agregando “Siempre es alguien que conoces” dentro de la campaña publicitaria, incitando a que nosotros esperemos o comencemos a teorizar sobre ver quien está detrás de todo.


Por obvias razones no revelaré dicho secreto, lo único que diré es que, a diferencia de las cuatro entregas anteriores, no me sorprendí tanto al entrarme de la identidad de Ghostface. Pero, para ser sincero, no culpo del todo a la película. Desde el primer instante comencé indirectamente a analizar sobre quien puede ser la persona portando la máscara. Creo que ese factor no me tomo tan de sorpresa por haber visto cada una de las entregas numerosas veces y saber cómo se maneja tal secretismo.


Conozco el género y conozco bien la franquicia, comprendo cómo funciona, motivo por lo cual en automático comienzo a prestar de más atención a las pistas que da el guion para distraer o para incitar a que ciertos personajes podrán estar detrás de la máscara. Pero, lo que puedo confesar es que no me sentía de esa manera durante todo el metraje. De hecho, mi teoría principal de quien seria Ghostface fue una de las primeras víctimas, lo cual me dejo con una gran incógnita sobre gran parte del trayecto.

Porque para bien o para mal, esa es la clave para una buena película de Scream: que Ghostface funcione como villano. Dicho asesino se ha vuelto un icono dentro del terror, y la verdad es que Scream 5 cuenta con uno de los mejores Ghostface asesinando a sus víctimas de toda la franquicia.


Dentro de la cinta original hay un diálogo que dice “el motivo es lo de menos”, lo cual tiene razón. Nosotros venimos a ver Scream para ver a Ghostface en acción. El motivo con el que se revela quien resulta ser dicho personaje es uno fácil de digerir, puesto que resulta creíble justificando todo lo que se nos ha establecido durante las cinco entregas hasta el momento. Esto a demás de ser un comentario a un tema que se encuentra muy presente en la industria fílmica de hoy en día.


Pero sin duda el mayor valor agregado que tiene Scream a diferencia de las demás franquicias, es lo “meta” que resulta ser al proyectar los estereotipos y posicionamiento donde se encuentre el género en la época que acompaña cada entrega. Scream 5 vuelve a jugar con esto, mencionando directamente a cintas de horror populares en años recientes y haciendo referencia a su estructura narrativa mientras que al mismo tiempo va siguiéndola al pie de la letra.

El personaje de Jasmin Savoy Brown es el equivalente de lo que fue Randy en las primeras dos entregas y una participación especial en la tercera. Incluso su papel está vinculado con él a través de un parentesco familiar. Es con ella con quien tenemos la escena “obligatoria” en cada entrega donde se expresan las “reglas” para sobrevivir a una película de terror actual.


Y es que el carisma de cada entrega de Scream está en eso: ver a los personajes hablar de la forma en la que están construidos los filmes de terror pero al mismo tiempo siendo un ejemplo de ello al ejecutarlo de la misma manera. Esto en especial con la tendencia actual de crear reinicios disfrazados de secuelas con el reparto original y manteniendo el mismo título de la primera entrega. Eso es algo que se expresa en la cinta y es justamente lo que está haciendo. Lo cual es el significado de “meta” dentro del cine.


Algo de lo que se ha hablado mucho con diferentes estrenos recientes es el factor nostálgico dentro de ellas. Como es que algunas cintas suelen abusar de ello para apelar a las audiencias veteranas. Creo yo que Scream 5 es de los pocos filmes que logran encontrar un balance entre la nostalgia y lo nuevo para satisfacer tanto a los antiguos fanáticos como al público que están disfrutando de este universo y personajes por primera vez.

Algo que he comentado en numerosas ocasiones en el pasado es que la nostalgia puede ser una buena herramienta para traer de vuelta ese sentimiento de pertenencia si es usado de la manera correcta. La clave para lograr es saber que el fan service es exitoso siempre y cuando no termine desmereciendo a lo nuevo, lo cual siempre tiene que ser la prioridad al intentar vender algo nuevamente. Mi forma de ver este llamado fan service es sencillo: dénmelo cuando lo nuevo este ya bien establecido y lo viejo sea un instrumento para apoyarlo, no para opacarlo. Y es justo de esa manera como funciona en Scream 5.


Si, alrededor de la cinta vemos rostros ya establecidos, somos testigos de locaciones previamente visitadas y de secuencias que hacen referencia a momentos anteriores de las demás cintas de la franquicia. Pero de eso mismo habla la película incluso, de como la franquicia ficticia de Stab dentro de ese universo utiliza viejos elementos para las nuevas versiones. Haciendo así una auto referencia a ella misma. Todo cabe dentro de la burbuja meta en la que está construida la franquicia de Scream. El ser una parodia, crítica, tributo y una más de las numerosas películas de terror que solemos ver año con año.


Aunque, el mayor defecto que llegue a percibir en Scream 5 se encuentra en una de sus fortalezas: sus personajes. A pesar de que me encontré disfrutando a la gran mayoría de ellos, algunos no evitaron ser individuos presentes solamente para ser víctimas de Ghostface, después de todo estamos viendo un slasher. Hay algunos de los cuales ni siquiera recuerdo sus nombres por lo mismo.

Pero, el mayor halago que puedo darle a varios de estos nuevos personajes es que son inteligentes y comenten acciones llenas de lógica para lograr sobrevivir. Motivo por el que me sentí confundido cuando de repente dejaron de serlo. Hay un par de momentos donde algunos personajes hacen o dicen cosas coherentes para mantenerse con vida dentro de la historia. Pero minutos después vemos a los mismos personajes cambiar de actitud y cometen actos fuera de personaje establecido, a veces con resultados mortales.


Ese fue el único factor que me hizo desconectarme de vez en cuando con Scream 5. El ver como algunos personajes rompían esa lógica que constantemente mantenían. Fundamento que provoco hacerme sentir vinculado hacia ellos y desear por su supervivencia. Percibí que cayeron en los estereotipos de cualquier película de terror de las cuales la propia película hace burla, sobretodo de cientos de slasher diferentes.


Y sí, tengo entendido que vengo diciendo que esa misma es la intención de Scream, burlase de esos estereotipos al aplicarlos ellos mismos. Pero también sus entregas siempre habían logrado crear un balance entre ser la definición de cintas de terror que llegan constantemente a las salas y al mismo tiempo ser superior a ellas al usar esos elementos correctamente.

Para terminar, resaltaré que Stab, la franquicia ficticia de la que hablan constantemente en estas películas, funciona como un autocritica de la propia franquicia. Usan a Stab para referirse a antiguas entregas de Scream. Sin adentrarme mucho en la escena para evitar spoilers, hay un momento donde los personajes hablan de la primera Stab, haciendo clara referencia a la primera Scream, y como es que están lanzando una nueva Stab (claramente Scream 5) después de tantos años dentro de ese universo. En dicha escena dicen: “la primera Stab creó amantes del género de terror y los hizo enamorarse de él”.


Yo soy una de esas personas. Scream (1996) es una película que siempre tendré en mi corazón. Es el filme que me hizo el fanático de terror que soy hoy en día. Por ello es que me siento tan feliz de que Scream 5 supiera lo que la franquicia realmente es y lo significa tanto para el género como para los fanáticos. Es una cinta hecha por un equipo de personas que conocen y respetan el legado de estos personajes. Y a pesar de no ser perfecta, Scream 5 fue una experiencia sumamente satisfactoria para mí.


Scream (2022) es una película de tres estrellas y media de cinco.


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